viernes, 24 de julio de 2015

Se lo llevó el tiempo

He decidido, comprobado y aprendido que el tiempo que pasas con una persona o en un lugar no determina nada ni es directamente proporcional a lo que puedas sentir hacia ellos. He pasado años creciendo al lado de mucha gente que luego ha desaparecido: ni los necesito ni me necesitan. Así, con cantidad de personas que pasan por tu vida sin más, llegan y se van, sin dejar marca ni rastro, sin importar el tiempo que han pasado contigo. Cuántas veces he conocido a alguien y al mes se han hecho esenciales. Cuántas veces ha desaparecido aquella que parecia mi amiga del alma durante años. Cuantísimas veces has pasado un día en una ciudad y te has enamorado perdidamente de ésta. Porque los sentimientos no van en función del tiempo. Me parece una tontería los "pero si no le conoces", "pero si llevas muy poco tiempo", "pero si no has visitado casi nada". Me parecen una tontería porque el hecho de pasar mucho tiempo con una persona solo hace que reafirmar lo que sentiste al principio. El tiempo es una garantía de que aquella amiga, aquella relación, aquel sentimiento va a durar, pero no es una garantía de que exista. Existe desde un principio y por eso ha empezado a pasar el tiempo que pasas allí o con una persona. Hayas estado dos años o dos días con alguien no determina que te guste más o menos. Hayas estado un dia o un mes en aquella ciudad, aquel país no significa que te pueda atrapar más o menos. Tanto la gente como los lugares te atrapan en un momento, por algo determinado y por un instante muy muy corto. Cuando eso pasa es cuando quieres más y quieres pasar tiempo con ellos. Hay algo anterior a querer pasar tiempo, y es ese gesto que llama tu atención. Es por eso que el tiempo no determina nada. A veces encajas y punto. No hay ningún tipo de explicación. A veces aterrizas en un país nuevo y sientes que perteneces allí. A veces conoces a una persona nueva y al cabo de un día sientes un torrente de emociones sin explicación. Estamos acostumbrados a contenernos y a no expresar del todo nuestras emociones por el simple convencionalismo de "para querer a alguien hay que pasar mucho tiempo con ellos", "para que te guste una ciudad o un país lo tienes que conocer a fondo". Mentira. Mentira porque quizás pasaste por aquella calle de aquella ciudad y te atrapó sin motivo, y a partir de allí se convirtió en tu país favorito. Mentira porque quizás te miró y te sonrió de una forma en la que jamás nadie lo ha hecho, y a partir de allí se convirtió en alguien especial. Me parece patético hacer de algo tan efímero e instantáneo como es el tiempo el determinante de algo tan importante y esencial como son los sentimientos. Los sentimientos ocurren, vienen, se van, destrozan y construyen en cuestión de segundos y están en constante movimiento sin importar si han pasado segundos, minutos, días o años. Sentimos continuamente y de forma muy distinta a lo largo de un solo día, entonces ¿por qué querer está supeditado al tiempo?. El tiempo se llevará nuestras vidas, las modas, las noticias, la actualidad, el día a día, pero los sentimientos siempre se quedan por aquí, muy dentro de nosotros, esperando a que algo o alguien encaje para salir a flote y hacer que seamos nosotros mismos, sin esperar ni un segundo. 

miércoles, 10 de junio de 2015

Cobardes

Creo que debería dejarlo. Esta claro que si no son ellos soy yo. Que siempre falla algo. Que dejo o me dejan. Vale que es la gracia del juego, que ahí es dónde está el sentido. El problema es que dejo de encontrarle sentido a las cosas. Dejo de ver cuál es la meta y el objetivo. ¿Que me quieran? Me quiere mucha gente. De esa forma, nadie. ¿Que me quieran para qué? Para que luego yo me canse y lo deje. Para que me digan que "amigos". Para que encuentren a otra. Para que dejen de hablarte así como así. Supongo que sueno una rabiosa y una despechada. Puede que lo sea. Puede que después de tantos palos en este aspecto y de tantas malas experiencias en el terreno haya dicho basta. Puede que generalice pero no parece que el día en que diga "es él" esté cerca. Al contrario, lo veo lejos y muy, muy borroso. Que si, que cuanto menos lo busque mejor, que está a la vuelta de la esquina. El problema es que creo que es uno y me decepciona. Que creo que es otro y resulta que no le quiero. Que creo que es aquél y me deja tirada. Si no somos unos, somos los otros, y entro en un bucle del que no hay forma de salir. Pocas veces me ha dolido el corazón, dos si soy sincera. Y una está durando más de lo que debería. Me sigues doliendo tanto. Por eso he decidido decir basta. Basta de buscar. En realidad, a quién quiero engañar... Hace mucho tiempo que he dejado de buscar. Porque te quiero a ti y aún no sé hacerme a la idea de que tú a mi no. Hace mucho tiempo que dejo de pensar "es él". Porque eres tú. Y él no es tú. Parezco estúpida, tonta y retrasada porque me pienso que algún dia dirás "me he equivocado". Está claro que si no ha llegado en cinco meses, tampoco va a llegar ahora. Cinco p meses levantándome y yéndome a dormir mirando el estúpido teléfono. Por si has llamado. Por si has decidido que te equivocaste. Por si me quieres de vuelta. Me dicen que me de tiempo. Les digo que cinco meses me parece más que tiempo, una eternidad. En cinco meses no he dejado de pensarte. Algunos han venido y se han ido pero sigues debajo de mi piel, explícame cómo y porque sigues ahí. Necesito que te vayas. Necesito el portazo que deberías haber dado al irte. No de puntillas y sin que me diera cuenta. Cobarde. Cobardes, los dos. Tú por marcharte así y yo por no imponerme y decirte "de qué vas, a mi no me deja así nadie". Yo cobarde por llorarte por las noches y no contarlo a nadie. Por mirar fotografías, redes sociales y conversaciones en silencio. Por dolerme el corazón y no intentar curarlo. Tú cobarde por hacer ver que no ha pasado nada. Por preguntarme qué tal va todo. Idiota, como si no lo supieras. De pena, va de pena y es tú culpa, sólo tu culpa. Espero que tengan razón y que un día me levante y ya no te piense. Que un día me levante y no sienta nada: ni tristeza ni cabreo. Que un día me levante y no desee que estés a mi lado. Cobarde. 

domingo, 12 de abril de 2015

Sin pensarte



Me parece mentira que aún siga dándote vueltas. Que aún estés dentro de mi cabeza tan tranquilamente y que no tengas ganas de marcharte de ahí. Necesito que te vayas de mi mente tal como te fuiste de mi vida. Así, en un momento y sin dar explicaciones. Quiero levantarme y irme a dormir sin pensarte, aunque sea por insignificantes dos segundos. Quiero conocer a mucha gente sin compararlos contigo. Quiero escuchar a The Libertines y a The Hives sin pensar en lo que te gustan. Quiero andar por Barcelona, pasar por aquel restaurante que te volvió loco y que no me salga una sonrisa nostálgica. Quiero pasar, escuchar y conocer sin más, sin segundas y sin recuerdos. Parece mentira como has conseguido colarte poco a poco y asentarte de esta forma. Ya van unos meses desde que he dado esto por terminado pero al parecer mi cabeza se niega a reconocerlo o algo así, porque yo aún me acuerdo de ti. Aún me acuerdo de las conversaciones hasta las 2 de la mañana sobre tus aspiraciones, mis sueños y tantísimos planes. Aún me acuerdo de las recogidas y despedidas en los aeropuertos, de las promesas y las noches interminables. Aún espero que vuelvas, que me digas que has sido un idiota, que te arrepientes y que me quieres de vuelta. El problema es que no entiendo nada, y créeme que intento hacerlo pero no hay manera de entender por qué decidiste irte. Irte y dejarme así. Sin un adiós ni una explicación. No estoy acostumbrada a que se vayan sin más. Está siendo lo peor y te odio por ello. Te odio porque me hiciste la más feliz y ahora me estás haciendo la más infeliz. No me dejas seguir, ¿sabes? No me dejas seguir adelante porque cada vez que doy un paso está tu recuerdo en forma de muro que no me deja avanzar. Sé que soy la única que puede derribarlo porque ahora ya solamente existes en mi mente, pero a la vez este recuerdo es lo único que me queda y cuando éste se vaya, te habrás ido del todo. Y llámame masoquista, pero no creo que esté preparada para no tenerte ni siquiera en forma de recuerdo. 

lunes, 16 de febrero de 2015

Cruelmente injusto

El problema es que te vas sin avisar. Así, sin más, desapareces. No avisas, no llamas, no dices nada. Y me encuentro a mi misma recogiendo los pedacitos de ese algo que durante estos siete meses hemos estado construyendo. "Nada serio", decíamos. Pero tanto tú como yo sabíamos que detrás de "como estás" o "te echo de menos", algo iba creciendo. Sabíamos que detrás de cada viaje y detrás de cada reencuentro en el aeropuerto había una felicidad inminente que crecía cada día que pasábamos juntos, aquí o allí. Hay tantas cosas de tu vida que me has contado, con esa pasión y esas ganas que tenías de que supiera todo sobre ti. Hay tantos sitios que dijiste que me querías enseñar. Hay tantos viajes que dijiste que querías que hiciéramos. Hay tantos planes y promesas que creo que es por eso que estoy en una fase de negación. Me niego rotundamente a que solamente tú decidas que se ha acabado. Me niego a que me dejes con el caramelo en la boca. Me niego a que me hayas prometido la luna y te largues así sin más. Me niego y punto. 
No se hacen así estas cosas ¿sabes? No se le hace creer a una que realmente te importa, que es especial y que la valoras muchísimo y luego, de un día para otro, desaparecer. Porque así lo has hecho, de la noche a la mañana puf, te me vas. Te me vas sin decir nada. Y si me dices algo, seco, borde, sin ganas de hablar. Te me vas y aquí me dejas, sin entender nada. Perdida y muy desorientada. De pronto me doy cuenta de lo importante que eres y de lo mucho que te has colado en mi mente. Poco a poco, mensaje a mensaje, beso a beso, día a día. Ahora que estás irreconocible pienso lo mucho que te necesito cerca como antes, cariñoso como antes y atento como antes. 
No sabes lo que duele y frustra saber que no puedo hacer nada. Que lo decides tú y yo voy a tener que seguir adelante, porque la vida no para por nada y por nadie. Qué injusto, ¿verdad? Qué injusto que alguien se pueda levantar un día por la mañana y pueda decidir que ya no significas nada, o que ya no le interesas o que ya no le aportas nada y simplemente desaparecerse. Y tú quedas obligado a luchar contra el malestar, el corazón roto o lo que sea y seguir con tu via. Cruelmente injusto. C'est la vie
Pues te voy a decir algo: si te vas, no vuelvas. Lo habrás hecho muy mal, a mi me habrás dejado rota y sin entender nada, pero si me dicen que no es un no rotundo e infinito. No hay grises, ni medias tintas, ni quizás. No es no. Y ese "no, que es cien por cien tu decisión, no va a volver a ser sí si te vas del todo. Repito, si te vas no vuelvas. No a los "ni contigos ni sin tis" no a los "ahora que no te tengo me he dado cuenta de que te necesito". Rotundamente no. Piénsalo porque si decides este punto y final, habrá sido tu culpa y no hay vuelta atrás. Cuando vengas rogando a que vuelva te diré que fue tu decisión, que fue lo que quisiste y que yo no puedo estar volviendo a algo que una vez me hizo tanto daño. 

Pero por última vez, te voy a pedir que te lo pienses.

lunes, 9 de febrero de 2015

La rueda que nunca frena


Fortaleza. Es lo que me recuerdo a mi misma cada vez que siento que nada va bien. Fortaleza interior para poder superar todos los problemas que provienen del exterior. Porque siempre he sido positiva y fuerte. Siempre he creído que con una buena actitud se sale de todo. De todas formas... qué difícil es repetirse esas palabras y aplicarse el cuento cuando eres tú la que está mal, cuando es tu mundo el que se derrumba, cuando es lo tuyo lo que no va bien. Qué difícil es decirse a una misma que todo saldrá bien, qué difícil es decirse que quién no te busca no te merece, qué difícil es decirse que hay motivos para ser feliz. Sobretodo es difícil si una misma tiene una idea propia de felicidad, si una misma es tan cabezota que se autoconvence de que algo va a salir bien aunque tenga todos los números de que no va a ser así.
Yo sé que un bajón lo tiene todo el mundo, que se junta todo y parece el fin del mundo pero que en realidad no lo es. Que dentro de mucho o poco tiempo me acordaré de esta época y me reíre diciendo: “qué tonta”. Porque todo lo malo pasa y luego viene lo bueno, la vida gira sin parar y no sabríamos lo buena que es una época si no hemos pasado antes una mala. “Todo y llega y todo pasa”, que dice el maestro. La vida es maravillosa y hay millones de cosas por descubrir y si nos quedamos con los bajones, tocaríamos fondo y nunca más volveríamos a salir. Es por eso que por muy difícil que parezca y por muchas ganas que tenga de llorar prácticamente a todas horas, debo recordarme a mi misma que debo ser fuerte, que se lo debo a mucha gente pero sobretodo a mi misma. Nadie dijo que fuera fácil, pero creo que la época buena que luego a venir traerá su recompensa.

jueves, 8 de enero de 2015

Recuerdos permanentes


Gente que se encuentra. Gente que se conoce. Gente que mantiene relaciones, contacto, amistades. Es contínuo. Llegan y se van de nuestras vidas constantemente. Algunos llegan tarde, algunos en el momento justo, algunos en el momento equivocado. Otros se van rápido, otros se quedan más tiempo. Existe un seguido movimiento de personas que entran y salen de nuestras vidas. Algunos dejan más huella que otros, pero los que dejan más marca son los que significan tantísimo, sin importar el tiempo que estan en nuestras vidas. Quizás alguien que lleva una semana en tu vida ha significado lo mismo o más que alguien que lleva en ella mucho más. A lo mejor estás con una persona X meses y la ruptura te supone el doble que con esa persona con la que estuviste X años.

Esas son las personas que siempre se quedan con nosotros. Las personas que marcan un antes y un después. Las personas que se van de nuestra vidas pero se quedan con nosotros, dentro, muy muy dentro. Las echarás de menos en momentos puntuales o en todo momento y querrás que vuelvan a estar contigo, aunque sabes que todas las despedidas son por algún motivo. Pero es bonito imaginar, es bonito imaginar lo que hubiera sido si siguieran junto a tí. Es bonito imaginar que todo podría seguir igual de bien, aunque ahora estés mejor que nunca. En algún momento su compañía era lo más grande, algo esencial para nosotros pero ahora ya no están, y eso siempre será duro de aceptar. A nadie le gusta perder a los suyos. Si alguien llega a la categoría de importante o incluso, esencial, ese alguien habrá que conservarlo. Pero no siempre se puede, no siempre se puede tener a todo el mundo que nos gustaría al lado, porque no creceríamos como personas, porque no aprenderíamos a tratarnos los unos a los otros, porque es ley de vida, porque es así. Es duro, pero es así.

Descartado queda vivir en el pasado, porque vivimos en el presente y vamos de camino al futuro. Con esas personas en nuestro interior, vamos conociendo a más y más y dejando que nos ocurra lo mismo, porque de eso se trata. Y, ¿quién nos dice que una persona que entra nueva en nuestras vidas no puede tratarse de una reminiscencia de alguien que ya estuvo allí? Un recuerdo puntual. Cuántas veces alguien nos ha recordado a alguien que conocemos o que una vez conocimos. Cuántas veces hemos estado tan bien con una persona que parece que nos conozcamos de toda la vida, o de algún tiempo anterior, quizás. Cuántas veces pensamos que la conexión con alguien es algo inexplicable.

Quiero pensar que la gente que se va de nuestras vidas nunca se va del todo, que siguen dentro y que además, constantemente hay gente, lugares y momentos que nos recuerdan a éstas. 

miércoles, 31 de diciembre de 2014

Ya pasó uno más

Otro año más que nos deja para dar paso a otro. 

Y ya van 21. 

Qué año el 2014. No podria estar más agradecida por todo lo vivido y por supuesto, por toda la gente que me ha acompañado y lo sigue haciendo a día de hoy. 

Muy típico escribir la parrafada el 31 de diciembre pero es una costumbre que no pierdo y me ayuda a hacer el balance final. Balance que siempre se inclina hacia lo bueno. 

Este año he conocido a gente increíble, gente que me ha cambiado para toda la vida, gente que ha entrado en mi vida, gente que ha salido pero que realmente nunca se irán del todo. Soy muy feliz por seguir conservando amistades y por saber que hay gente que nunca se irá de mi lado, y lo demuestran estando aquí cada año que pasa.

Este año he hecho lo que más me gusta, he viajado sin parar. He cumplido el sueño número uno en mi lista y he visitado el país que tanto he querido conocer: la India. Sin duda uno de los capítulos más destacados de este año que se va, algo que nunca olvidaré. Estoy y estaré eternamente agradecida a las personas que lo hicieron posible. Me ha cambiado la visión del mundo y de la vida y no soy la misma interiormente desde que volví de allí.

Este año he crecido emocionalmente. Me he aprendido a valorar a mí misma. He aprendido que antes de estar con alguien, tienes que estar bien contigo misma, sino, no va a funcionar. Vas a cruzarte con miles de personas que podrían ser tu media naranja pero hay que aprender a tomarselo con calma, que si metes prisa, se acaba. Lo que rápido empieza, rápido termina. 

Este año he visto más claro mi futuro. Este año he hecho planes que me muero por cumplir en el 2015.

Este año he conocido a mucha gente especial que quiero que se queden conmigo mucho, muchísimo tiempo. He forjado amistades que son verdaderas y he conservado las amistades de siempre, que son las luces que siempre iluminan mi camino  y lo saben de sobra. 

Este año he valorado muchísimo más a mi familia. Porque los momentos malos hacen que te des cuenta de lo que valen las personas a tu alrededor. Hemos tenido algunos golpes fuertes pero siempre hemos sabido salir de ellos. La familia siempre está y nunca hay que dejarlos de lado.

Empiezo el 2015 con toda la ilusión del mundo. Con la ilusión de una nueva etapa que va a empezar en breve, con toda la ilusión de aprovechar los 365 días y convertirlos en oportunidades. Con la ilusión de conocer mundo y a gente nueva. Con la ilusión de seguir creciendo como persona y de seguir teniendo a increíbles personas a mi lado.

Será difícil superar al 2014, pero es el reto que afronta cada año nuevo que empieza: ser mejor que el anterior. 

Bienvenido 2015.